La generación de energía por medio de fuentes renovables ha sido primordial en Costa Rica. En el país, aproximadamente el 70% de esta es producida por fuentes hidráulicas.
Ante esta realidad, en los últimos años los costarricenses se han enfocado en realizar fuertes inversiones en obras hidroeléctricas. Uno de los ejemplos más claros es la construcción del Proyecto Hidroeléctrica Reventazón que el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) desarrolló con una inversión de US$1400 millones. La misma tiene una capacidad instalada de 305,5 megavatios y un caudal de diseño de 240 m3 por segundo.
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Tecnologías en la obra
Según explicó Camilo Vargas, jefe constructivo del Proyecto Hidroeléctrico Reventazón, para lograr los objetivos del tiempo y costo de estas estructuras fue necesario implementar avances tecnológicos.
Uno de ellos fue el micropilote, que está compuesto por una broca de perforación acoplada a una barra de acero hueca que funciona como elemento portante, para mantener la misma en la posición adecuada. Este se utilizó en las obras civiles.
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Además, usaron una formaleta deslizante para la construcción de la cara de concreto, el plinto de la presa y para las estructuras verticales, con las que se logró cubrir el uso de formaletas tradicionales y aceleró los procesos de colado de concreto.
Asimismo, utilizaron sistemas de colocación de concreto de gran alcance, como lo son las plumas colocadoras con las que se logró cubrir las zonas de colocación de concreto a alturas que superan los 45 m y acoples mecánicos. Con estos dispositivos se redujo el consumo de acero por traslape y genera estructuras armadas más rígidas.
Para las obras subterráneas como la construcción de túneles de gran diámetro y alta producción, usaron el perforador jumbo de tres, el cual cuenta con tecnología de avanzada en perforación y un sistema posicionamiento control computarizado semi-automático.
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También, utilizaron un cargador de perfil bajo para la extracción de materiales para la limpieza del tope del túnel en tiempos muy bajos, así como una rozadora la cual es un sistema mecánico de excavación que no requiere de explosivos que utiliza una cabeza móvil con herramientas de corte que desgastan el terreno a excavar.
En cuanto a obras metalmecánicas, implementaron tecnologías como el railtrack, que consiste en un equipo de soldadura en campo semi-automático el cual posee un cabezal móvil que se desplaza sobre un riel fijo que permite ejecución de soldadura vertical y circunferencial.
Además, usaron la mesa de corte con plasma que se realiza mediante un equipo que usa un arco eléctrico para elevar tanto la temperatura de un gas que se convierte en plasma. Estos sistemas aceleran el proceso de construcciones metálicas.
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Otra de las tecnologías que utilizaron, fue la del ultrasonido TOFD (Time of Flight Diffraction) que permitió evaluar la calidad de la soldadura aplicada. Tiene la ventaja en tiempo de aplicación ya que con un solo pase se logra recabar toda la información necesaria. Además, guarda un registro gráfico y un documento donde se indican las profundidades y tamaños de los defectos.